La cumplidora

Me parece que nadie, bien nacido, puede estar en contra de medidas que beneficien a los sectores más desprotegidos de la población. Pero el riesgo de caer en el populismo es grande. Si además consideramos que ese fue uno de los talones de Aquiles para orquestar las campañas en contra de AMLO en 2006, tenemos un panorama no muy optimista. Es cierto que el candidato de la alianza Unidos podemos más va subiendo en las encuestas -tan relativas y volátiles-, está cayendo en el asistencialismo. Si esta política  no va acompañada de medidas para el verdadero desarrollo del Edomex, como fomento al empleo, construcción de infraestructura, fomento a la planta productiva, etc. se quedará a la mitad del camino. Con seguridad el candidato, como economista, lo tiene presente y  ya las incluyó en su programa con diversos matices. Para alcanzar "el bienestar con dignidad y que nadie tenga que agachar la cabeza para que el gobierno le haga un favor, que la gente no tenga cultura del peticionismo, sino que nos exija los derechos que por ley le corresponden" es contundente. Y más allá: en una democracia, con ciudadanos con plenos derechos -que no beneficiarios-, no habría por qué exigirlos. El negrito en el arroz:  la tarjeta electrónica, con la que los mexiquenses tendrán acceso a los beneficios ¿o derechos? negados hasta hoy por los sucesivos gobiernos y establecidos en la Constitución de la República  -con excepción de los intentos del cardenismo por alcanzarlos-, tendrá por nombre La cumplidora, que además de reforzar nuestra opinión por su connotación populista, más parece nombre de pulquería.