Pacto Nacional

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·         “…. los partidos políticos, el PAN, el PRI, el PRD, el PT, Convergencia, Nueva Alianza, el Panal, el Verde, se han convertido en una partidocracia de cuyas filas emanan los dirigentes de la nación. En todos ellos hay vínculos con el crimen y sus mafias a lo largo y ancho de la nación. Sin una limpieza honorable de sus filas y un compromiso total con la ética política, los ciudadanos tendremos que preguntarnos en las próximas elecciones ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar? ¿No se dan cuenta de que con ello están horadando y humillando lo más sagrado de nuestras instituciones republicanas, que están destruyendo la voluntad popular que mal que bien los llevó a donde hoy se encuentran?

·         “Los partidos políticos debilitan nuestras instituciones republicanas, las vuelven vulnerables ante el crimen organizado y sumisas ante los grandes monopolios; hacen de la impunidad un modus vivendi y convierten a la ciudadanía en rehén de la violencia imperante.

·         Javier Sicilia

·         8 de mayo de 211

·         Después de estas declaraciones en el zócalo, valdría la pena hacer un rápido repaso de lo publicado en los diarios los días subsiguientes:

·         Calderón ofrece diálogo anteponiendo que las diferencias no excluyen esa posibilidad. Lo acompañan en la foto Bruno Ferrari, de Economía y Francisco Blake, de Gobernación. Calderón, sin precisar cuáles, señala estar de acuerdo con “algunos” reclamos de la caravana. Esto de por sí sólo merecería un análisis más amplio. El secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Poiré, define la labor de García Luna como “exitosa” mientras –imposible evitar los adjetivos- hipócritamente dice compartir los anhelos de Sicilia. El presidente del PAN afirma que la inseguridad no se frenará con una renuncia; su similar del PRI llama a todos a revisar la estrategia, mientras que el siniestro presidente del PRD dice unirse a la demanda de que se vaya García Luna. Éste por su parte, va a una reunión sobre seguridad a Ciudad Juárez y anuncia la incorporación de graduados a tareas de investigación. El Yunquista Manuel Espino pide a Calderón rectificar, pues la narcopolítica puede sentar sus reales en 2012. ¡Apenas! En tanto, en el IFE investigan posibles actos de corrupción; el Banco de México, que sabemos siempre da cifras a la baja, calcula la inflación anual hasta abril en ¡3.36%! En el sector manufacturero se han perdido, en diez años, 900 mil empleos. Al día siguiente (miércoles) el presidente del diálogo, anuncia venta de acciones de Pemex a Estados Unidos. Se da tiempo para expresar su respeto a Slim, pero señala que su deber es el  de parar monopolios ¡Hasta ahora! ¿Y Televisa y TV Azteca? “Yo soy la autoridad y necesito regular el mercado”. Le anda jalando la cola al tigre. Slim, que por algo es el hombre más rico del mundo –no hay riqueza inocente, dice Galeano- aún no da señales, pero estamos seguros que su coletazo o zarpazo será proporcional a “la regulación del mercado”. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, sin pudor, anuncia que el 0.18% de mexicanos concentra el 42% del Producto Interno Bruto (PIB) y que serán extranjeros los principales acreedores de la deuda interna. ¡En la madre! Digo… ¡En la soberanía! Y mientras las madres de desaparecidos en Ciudad Juárez, denuncian nulos avances en las investigaciones, el inteligentísimo gobernador de Chihuahua, César Duarte declara que hay que atacar la violencia con enfoque integral y labor de… ¡inteligencia!

·         Con este contexto, dudamos mucho de la voluntad política del gobierno, no sólo para entablar un diálogo, sino para llegar a la médula de los problemas nacionales, pues además, ya lo hemos comentado, ellos son parte del problema. Desde luego el llamado al diálogo, necesario como muestra de civilidad, debe estar apuntalado por un plan B. Sentarse a la mesa frente a un enmascarado y repetir los convencionalismos del la lucha libre no lleva a nada. Comedia de equivocaciones, cuyo desenlace será en el mejor de los casos, retrasar las soluciones que llevan aparejadas el agravamiento de los conflictos. Y nos vienen a la memoria los Acuerdos de San Andrés Larráinzar. Los seis puntos, que exponemos a continuación, deberán ser analizados a la luz de la carencia de interlocución con el poder o en el mejor de los casos, simulación, y esto nos llevará a formular nuevas estrategias. Creo que a riesgo de que se me juzgue como carranclán, había que introducir un tal vez inoperante punto de respeto a la constitución en sus artículos ####… porque el presidente NO ha cumplido la Constitución al igual que los zánganos del congreso.

·         Exigimos verdad y justicia.  2. Exigimos poner fin a la estrategia de guerra y asumir un enfoque de seguridad ciudadana.  3. Exigimos combatir la corrupción y la impunidad.  4. Exigimos combatir la raíz económica y las ganancias del crimen.  5. Exigimos la atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas de recuperación del tejido social.  6. Exigimos democracia participativa, mejor democracia representativa y democratización en los medios de comunicación.   

·         A la luz (u oscuridad) de nuestra introducción, contextualizándolos, nos parece una lista de buenos deseos. Ojalá me equivoque, pero, son tantos años… ¡Estamos hasta la madre! Pero también de frustraciones, de ahora sí… Mañana será el día… Ya no es tiempo de un paso para atrás y dos para adelante.

·         A la luz de la experiencia un ¡Exigimos! a sabiendas que no se cumplirá, provoca frustración que ya el siquiatra dirá dónde se atora, si en el sub o en el inconsciente. (Qué tal demandamos o reivindicamos). Exigencia, cuando no se tienen los vientos a favor, tiene una connotación valentona, que con un coscorrón se nos quita.

·         Y si me perdona usted el humor negro, presidente tras presidente declara, vocifera, particularmente desde la irrupción en la política nacional de los estudiantes, fósiles que no estudian, ¡No pactaremos con criminales! (Díaz Ordaz dixit)

·         Nosotros tampoco… Y verás, no es que te tenga desconfianza, ni que sea incivilizado, ni que se me haya olvidado el Manual de Carreño,  es sólo que… ¡te conozco!

·         Hiram Torres.